sábado, 21 de julio de 2012

INTELIGENCIA




https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbarelDcVSx2F2xT3yi5FZWyg8RnUhrtfDEVyybCRmr1ikSM8wmXJ5UyhPRHuBlt2GTFuC7e8M86KluR-1bk-Not3oG_12PZuoSk4tLwRfSH4F9ezkOlenU7pkVkEWYp5Hq-G2uyko48ln/s400/examen.jpg


He vuelto a Barcelona brevemente. Me encuentro con algunos estudiantes. Me cuentan sus penas. También otros hallazgos.
 

EL ESTUDIANTE QUE SACÓ 0 EN UN EXAMEN

(Yo le hubiera dado 100)


P1. ¿En qué batalla murió Napoleón?

* en la última


P2. ¿Dónde fue firmada la declaración de la Independencia?


* al final de la página


P3. ¿El río Ravi corre en qué estado?


* líquido


P4. ¿Cuále es la primera causa de divorcio?


* El matrimonio



P5. ¿Qué no se puede comer nunca en el desayuno?


* El almuerzo y la cena



P6. ¿A qué se parece la mitad de una manzana?


*
A la otra mitad


P7. Si tiramos una piedra roja en el mar azul, ¿qué le pasará?


* Se mojará



P8. ¿Cómo puede permanecer un hombre 8 días sin dormir?


* Durmiendo de noche



p9. ¿Cómo podemos levantar un elefante con una sola mano?


*Nunca vamos a encontrar un elefante que tenga una sola mano.




P10. Si usted tuviera tres manzanas y cuatro naranjas en una mano, y cuatro manzanas y tres naranjas en la otra, ¿qué tendría?


* Unas manos muy grandes



P11. Si se necesitaron ocho hombres para construir un muro en diez horas, ¿cuánto tiempo les tomaría a cuatro hombres construir el mismo muro?


* Ningún tiempo, el muro ya está construído.



P12. ¿Cómo se puede dejar caer un huevo crudo en un piso de concreto sin quebrarlo?


* De cualquier manera, un huevo crudo no puede quebrar un piso de concreto.





P.S. La tentación ahora sería invocar a Juan Ramón: Inteligencia dame el nombre exacto de las cosas... Pero ya bastarían respuestas así...

lunes, 16 de julio de 2012

ASTURIAS (NEGRA)


Finalmente empiezo a respirar, tras llegar tan negra  (y no por haberme bronceado en BCN sino por motivos bastante distintos) a Asturias como ella misma, con las cuencas encendidas y el mar (de Candás a Villaviciosa) sucio de vertidos y chapapote.
Así que lo primero fue asegurarme el color: comprar las flores de temporada e ir disponiendos las macetas.






Luego, comprobar cómo iban los frutales; algo retrasados este año, como el melocotonero, según comprobáis en la foto de abajo.



Las hortensias se han ido recuperando felizmente, aunque necesitan una buena dosis de limaduras de hierro para recobrar su antiguo y envidiable color violáceo/azulón.


El ciruelo japonés se ha vuelto invasivo, de tan pletórico como está, con sus ramas cargadísimas: ya llevo preparados unos cuantos tarros de confitura para el invierno....



Particular orgullo siente Martin (que aquí ejerce de jardinero) por la buganvilla que plantó el pasado verano y, previamente, por haber diseñado o pensado el lugar idóneo, pues no es fácil aquí que se logre la variante roja, menos exuberante y por eso mejor controlada.


De lo que más orgullosa estoy es del limonero, gigantesco y casi stajanovista, ya que da frutos durante todo el año.



martes, 10 de julio de 2012

DAMAS NOVELISTAS

En tiempos apretados,  de cierta saturación y elevadas temperaturas (no sólo en el sentido térmicoambiental) tengo por fortuna a mano un selecto repertorio de lecturas breves y oxigenantes.
Estos días le ha llegado el turno a un agudo ensayo (no me atrevo a llamarlo sátira, aunque está repleto de humor e ironía y, por momentos, de sarcasmo) de la gran  novelista británica George Eliot.

                         


Se titula "Las novelas tontas de ciertas damas novelistas", y acaba de sacarlo la editorial Impedimenta, en traducción de Gabriela Bustelo.
Es un repasito de ciertas novelas que alcanzaron la fama en la Inglaterra victoriana, en la onda del abaratamiento edulcorado postromántico y demás. Pese a desconocer los títulos a que remite, es tan prodigiosa y contundente su insobornable exégesis que queda muy claro el paisaje literario de ciertas modas pasajeras: argumentos predecibles, personajes estereotipados y maníqueos, diálogos absurdos de tan inverosímiles, discurso baladí, fatuidad soporífera, abuso de la falacia patética, etc.
 Algunas de las etiquetas que acuña para trazar la tipología de esas novelas (y de sus autoras) bien podría importase aquí, todo sea dicho.

                                   
 
Y para no llamarnos a engaño, conviene avisar de que aquí no hay feminismo ni cuestiones "de género": "La disculpa habitual para las mujeres que se hacen escritoras sin reunir ninguno de los requisitos necesarios es que la sociedad les impide entrar en otros terrenos profesionales. La sociedad es un ente muy culpable, al que se pouede atribuir la producción de incontables objetos dañinos, desde los pepinillos es mal estado a la mala poesía". (pág. 57)