-¿Cómo sabes que mis amigos me llaman Francis? -se atrevió por fin a preguntarme Casavella (poco antes de despedirnos) la única vez que quedamos para tomar un café y conocernos personalmente.
Fue hace casi un año: el 11 de marzo de 2008, en L'Aribau.
Unas semanas antes, cuando preparaba el libro Ronda Marsé, me había atrevido a telefonearle, pese a ser consciente de que andaría atareado con la corrección última de Lo que sé de los vampiros, la espléndida novela con la que obtuvo el Premio Nadal. Pero lo cierto es que andaba ansiosa de averiguar si él, un escritor de estirpe marseana y que colaboraba en la prensa con asiduidad, tendría algún texto sobre Juan Marsé que yo desconociera y... bla, bla, bla.
Literalmente. Cuando lo telefoneé me salió el contestador y dejé un mensaje. A las dos horas sonaba el teléfono de mi casa: Al habla, Casavella.
Empecé por disculparme por las molestias y por presentarme (esa época andaba yo muy missing), pero no fue necesario:
-Si acabo de estar contigo -dijo, cortando mis disculpas.
Silencio.
-Sí, con tu Moratín.
Para documentarse sobre el siglo XVIII español, por lo visto Casavella se había leído una edición hecha por mí de las Apuntaciones sueltas de Inglaterra (1890), de don Leandro Fernández de Moratín.
Huelga decir que a este primer encuentro "verbal", en el que de inmediato sintonizamos hablando de mil cosas, le siguió un sosegado aunque torrencial intercambio de e.mails durante un mes, plazo de tiempo en que tardó en aparecer mi reseña de Lo que sé de los vampiros en la revista Letras Libres y que puede leerse en Internet.
Después llegó ese encuentro en el café L'Aribau, donde le conté que, con anterioridad, diez o doce años antes, quizás, nos habíamos cruzado en la enoteca que el Señor de Perellada montó frente al templo de Santa María del Mar, una noche en que Francis (como le llamaban sus amigos) protagonizaba la barra, y yo los observaba y escuchaba, y me divertía escudándome en el anonimato.
Soy consciente de la elipsis practicada en esta evocación. Es deliberada, porque pienso rellenar los huecos el próximo miércoles día 4 de marzo, cuando en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona (Gran Vía de les Corts Catalanes, 587), a las 19:00 horas nos reuniremos para recordar a un gran escritor, Francisco Casavella, que también fue estudiante de nuestra Facultad.
En el acto intervendrán Adolfo Sotelo, Lluis Izquierdo, Ignacio Vidal-Folch, María José Sánchez-Cascado y Josep Catasús.
¡Os espero a todos los incondicionales!